The Kills. Ash & Ice (2016)

Una de las mejores descripciones que he leído sobre el sonido de una banda ha sido la escrita por el periodista musical Rob Sheffield sobre cómo The Kills “construye un agitado ambiente de tensión sexual. Como todos en un club donde todo se pone ardiente pero nadie tiene suerte”. Con Ash & Ice, el dúo (formado por ese híbrido entre bruja sensual y vampiresa que es Alison Mosshart, y el dandy del rock and roll, Jamie Hince) libera al fin esa tensión y el resultado es el mejor álbum de su carrera. El disco abre con el cuarteto de “Doing It To Death”, “Heart of a Dog”,  “Hard Habit to Break” y “Bitter Fruit”, temas en donde Hince le saca a su guitarra algunos de los sonidos más sutilmente sensuales y adictivos que se le hayan escuchado, y donde Mosshart canta más descarnada que nunca sobre desencuentros y recaídas. “Days of Why and How”, “Let It Drop” y “Hum for Your Buzz” son la primera pausa de la noche, ese momento que elige tu mente para jugarte una mala pasada en complicidad silenciosa con quien está a tu lado (“Silence is the loudest shot / A train passing in the dark”, canta Mosshart) para finalmente mandarlo todo por la borda e ir por el todo o nada: “Siberian Nights” [Oh mierda, ¿qué es eso? ¿“That Love”?. Bueno, otra pausa. Dame un par de minutos], “Impossible Tracks” y “Black Tar” son definitivamente el clímax de la noche: tres de las más refulgentes canciones de la banda y una prueba más de que la guitarra de Jamie Hince (quien también produjo el álbum), sin ser de ese virtuosismo exhibicionista, es de lo mejor que se puede escuchar en el rock de estos tiempos.

Al final, el quinto álbum de The Kills es tan bueno que hasta los vecinos prendieron un cigarro.

the-kills-ash-ice-compressed.jpg

– Publicado originalmente en pezbanana.net

Deja un comentario